Para convertir las uvas en poesía embotellada, el enólogo debe ser una especie de alquimista. A pesar de los cambios en la tecnología y los gustos durante los últimos 100 años, la artesanía se ha mantenido prácticamente sin cambios; un gran vino sigue siendo el producto de innumerables factores, entre los que destaca la sonrisa de la providencia. Esta edición de lujo de gran tamaño encuadernada a mano, con imágenes de punta a mano y presentada en una caja de madera, será imprescindible para la biblioteca de cualquier verdadero conocedor del vino.